Los puritanos eran un grupo de personas que crecieron descontentos en la Iglesia de Inglaterra y trabajaron en pro de reformas religiosas, morales y sociales. Los escritos e ideas de Juan Calvino, un líder de la Reforma, dieron origen al protestantismo y fueron fundamentales para la revuelta cristiana. Sostuvieron que la Iglesia de Inglaterra se había convertido en un producto de luchas políticas y doctrinas hechas por el hombre. Los puritanos fueron una rama de los disidentes que decidieron que la Iglesia de Inglaterra estaba más allá de la Reforma. Escapando la persecución del liderazgo de la iglesia y del Rey, acabaron marchándose a las recién creadas colonias de Norteamérica.
Lo que muchos de nosotros sabemos acerca de los puritanos es un reflejo de la definición moderna del término y no del relato histórico. Para empezar, no eran un pequeño grupo de personas: en Inglaterra muchos de los defensores del puritanismo se sentaron en el Parlamento, y tan grande fue su influencia, que una guerra civil enfrentó a los puritanos contra las Fuerzas de la Corona; aunque los puritanos ganaron la batalla con el liderazgo de Oliver Cromwell, su victoria fue corta, y de ahí su desplazamiento a América. Y para seguir, los juicios de brujería no definieron adecuadamente sus métodos de vida durante los más de 100 años en que formaron comunidades exitosas; lo que sí mostró fue el peligro en el que su aislamiento autoimpuesto los puso.
El puritanismo puede definirse principalmente por la intensidad de la experiencia religiosa que fomentó. Los puritanos creían que era necesario estar en una relación de pacto con Dios para ser redimidos de la condición pecaminosa de uno, que Dios había elegido para revelar la salvación a través de la predicación, y que el Espíritu Santo era el instrumento de la salvación. La teología y la política calvinistas demostraron ser influencias importantes en la formación de las enseñanzas puritanas. Esto naturalmente condujo al rechazo de gran parte de lo que era característico del ritual anglicano en ese momento, ya que estos eran vistos como «idólatras papistas». En su lugar, los puritanos enfatizaron la predicación que se basaba en imágenes de las Escrituras.y de la experiencia cotidiana. Aún así, debido a la importancia de la predicación, los puritanos le concedían un lugar especial a un ministro versado en ella. El fervor moral y religioso que caracterizó a los puritanos se combinó con la doctrina de la predestinación heredada del calvinismo para producir un «pacto teológico», sintiéndose a sí mismos como los elegidos por Dios para vivir vidas piadosas como individuos y como comunidad .